Es una imagen de sonido.
Un ruido interno.
Un destello de luz fugaz
que recorre y rellena los recovecos
de mi cuerpo entero.
Corazón alineado con cerebro,
encaja y oigo un clic.
Y todo cambia.
El antes, el hasta aquí
y el ya nunca será igual
se cuadran.
Me convierto en otro yo,
a millones de luces de estrellas muertas
y sé que mi vida es ya otra.
Acabar o empezar
son dos maneras de ver un final.